Del comentario ofensivo al salón... uso del celular en la escuela y sus límites
- Ana W. Santiago Figueroa

- hace 7 días
- 5 Min. de lectura
Un comentario ofensivo en redes puede parecer inofensivo, pero sus efectos son profundos. Lo mismo ocurre en las escuelas: los teléfonos, al igual que las palabras, moldean el clima emocional y social del entorno educativo. El uso del celular en la escuela no solo plantea un reto tecnológico, sino también ético y pedagógico. Regularlo no significa censura, sino enseñar límites y empatía en la era digital.
Del insulto en redes al aprendizaje sobre límites
Hace unos días comenté una publicación sobre seguridad digital. Alguien había compartido una imagen de una transacción bancaria, y pensé que valía la pena explicar, con la mejor intención, lo riesgoso que puede ser publicar ese tipo de información en redes sociales.
Minutos después, en el mismo hilo de Facebook, recibí un comentario que decía, sin sutileza, que me “veía bien bruta” y “ridícula”.

Me quedé pensando en cuántas veces una niña o un joven leen mensajes así desde su teléfono. Comentarios hirientes que parecen pasajeros, pero que se quedan: erosionan la autoestima, distorsionan la autopercepción y, con el tiempo, pueden dañar el carácter. Esa experiencia, aunque pequeña, me recordó por qué la educación digital no es un lujo, sino una necesidad urgente.
El efecto del anonimato y la impulsividad en línea
Mi respuesta fue corta, pero firme:
“Gracias por el adjetivo. Cuando traigas argumentos, debatimos; si solo buscas faltar el respeto, paso.” No había más misterio que ese: marcar un límite, exigir razones y retirarme cuando el diálogo se vuelve agresión. Pero no todos reaccionan así. En muchos casos, la conversación escala al insulto o la ira más absurda, alimentada por la falsa sensación de anonimato y la velocidad con que se escribe desde un teléfono.
Esa inmediatez, junto con los algoritmos que premian la confrontación, fomenta respuestas impulsivas, sin reflexión ni empatía. Y ahí está el punto crucial:La velocidad de las redes fomenta reacciones impulsivas, alimentadas por algoritmos que premian la confrontación.
Este mismo patrón se traslada a las escuelas: estudiantes que responden sin pensar, comparten sin reflexionar y pierden empatía. La educación digital debe contrarrestar esa tendencia, enseñando pausa, respeto y pensamiento crítico. La falta de límites en línea genera distracción, aislamiento y conflictos dentro del ambiente escolar. Educar en el uso responsable del celular en la escuela es, por tanto, una extensión natural de la convivencia digital.
UNESCO sobre el uso del celular en la escuela
Según la UNESCO (2025), 79 sistemas educativos han restringido los celulares en las aulas, con una recomendación clara: “solo deben usarse cuando apoyen directamente el aprendizaje”.
En Inglaterra, las prohibiciones se asociaron con mejoras significativas en los exámenes, especialmente en estudiantes con menor rendimiento (Beland & Murphy, 2016).
En España, las regiones con restricciones mostraron mejores resultados en matemáticas y ciencias, además de menor incidencia de acoso escolar (Beneito & Vicente-Chirivella, 2022).
Un meta-análisis reciente confirma que los vetos producen efectos positivos, aunque modestos, sobre todo en la convivencia (Böttger & Zierer, 2024).
En Brasil, una ley federal de 2025 limitó el uso de celulares en todas las escuelas, con excepciones educativas y de accesibilidad (Sá Pessoa, 2025).
El uso excesivo del celular afecta la autoestima y el bienestar emocional.Según Twenge y Campbell (2018), los adolescentes que pasan más tiempo frente a pantallas reportan niveles más bajos de felicidad, mayor ansiedad y menor satisfacción personal. El constante acceso a redes sociales intensifica la comparación social y la autocrítica.
El ciberacoso deteriora la salud mental tanto como el acoso tradicional.Kowalski y Limber (2021) demostraron que las víctimas de bullying en línea presentan síntomas de depresión, ansiedad y disminución de la autoestima comparables a quienes sufren acoso presencial, lo que evidencia el impacto emocional de la conectividad sin control.
La educación digital fortalece la resiliencia y la autopercepción positiva.Según Livingstone y Smith (2014), enseñar habilidades digitales y establecer límites claros sobre el uso del celular ayuda a los estudiantes a desarrollar empatía, autocontrol y autoestima, reduciendo los efectos del acoso en redes y en el aula.
La respuesta parece ser clara: limitar el teléfono en la escuela mejora la atención, la convivencia y la equidad educativa.
Situación en Puerto Rico: hacia una política clara
El Reglamento General de Estudiantes del Departamento de Educación ya contempla restricciones al uso de celulares y equipos electrónicos. Además, en 2025 se presentaron los proyectos PC 179 y PS 641, que buscan prohibir el uso de teléfonos en las escuelas públicas hasta nivel intermedio, salvo en casos pedagógicos o de emergencia.
Estas medidas no buscan censurar, sino devolver a la escuela el control sobre la atención y el tiempo de aprendizaje.
Razones científicas y pedagógicas para limitar el celular
Impacto cognitivo: atención y memoria de trabajo
Estudios de Ward et al. (2017) y Kushlev et al. (2016) confirman que tener el celular cerca reduce la capacidad de concentración. El cerebro mantiene una “vigilancia pasiva” que agota la memoria de trabajo.
Efectos educativos: rendimiento y equidad
El uso sin control:
Genera conflictos externos (memes, rumores, acoso).
Disminuye el rendimiento académico.
Amplía brechas entre quienes tienen y no tienen acceso tecnológico.
Factores psicológicos: ansiedad y socialización
La constante exposición al celular aumenta el estrés, la ansiedad y reduce el sueño (Twenge & Campbell, 2018). Además, debilita habilidades sociales, promoviendo comparaciones, acoso y aislamiento.
Dimensión formativa: ética y disciplina digital
Educar en límites tecnológicos implica enseñar autorregulación, respeto y ciudadanía digital. No se trata de apagar pantallas, sino de encender el criterio.
Moderar, educar y proteger: el papel de las escuelas
Las escuelas deben equilibrar la inclusión tecnológica con el desarrollo emocional y ético.
Políticas y protocolos escolares
Establecer normas visibles sobre el uso de dispositivos.
Aplicar protocolos contra el ciberacoso.
Incorporar formación docente en ciudadanía digital.
El rol de los maestros como modelos digitales
Los educadores deben modelar una conducta respetuosa en línea: “Primero ocultar, luego bloquear; nunca responder con agresión.” Su ejemplo forma parte del currículo oculto del respeto.
Para finalizar, el debate no es “celular sí o no”, sino cómo recuperamos la atención y la empatía.Apagar el teléfono en clase no apaga la tecnología: enciende la reflexión.Cuando alguien insulta, el algoritmo busca conflicto; la educación busca pensamiento.Ese es el verdadero “modo argumento”: formar mentes que dialogan, no que reaccionan.
El uso del celular en la escuela debe tener límites firmes pero inteligentes.Educar no es prohibir, es enseñar a decidir cuándo y cómo usar la tecnología.Solo así construiremos aulas donde la atención, la empatía y el respeto sean tan valiosos como la conexión a internet.
Preguntas frecuentes sobre el uso del celular en la escuela
1. ¿Prohibir el celular mejora el rendimiento académico?
Sí. Diversos estudios internacionales demuestran mejoras en exámenes y atención.
2. ¿Limitar el celular vulnera derechos estudiantiles?
No. Las políticas buscan proteger la concentración y el bienestar, no censurar la comunicación.
3. ¿Cómo equilibrar tecnología y aprendizaje?
Utilizando el celular con fines pedagógicos definidos y supervisados.
4. ¿Qué pueden hacer los maestros?
Modelar el respeto digital y promover debates sobre ética tecnológica.
5. ¿Qué impacto tiene en la salud mental?
Reduce ansiedad, estrés y mejora la calidad del sueño y las relaciones interpersonales.
6. ¿Cuándo sí es útil el celular en clase?
En actividades educativas guiadas, accesibilidad o emergencias.
Fuente externa recomendada: TTo ban or not to ban?
Monitoring countries’ regulations on smartphone use in school



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